Actividad dos: El mito

                                    La humana, la creación

   Cuando apenas había seres en la verde pradera una planta, tan hermosa como el cielo nocturno, generó una semilla muy especial.

Con el paso de los años, gracias al sol y al cariño de los animales, la semilla creció hasta ser casi tan grande como el inmenso océano. Y, tras varias tormentas la semilla comenzó a tornarse de un tono ocre casi tan pálido como la nieve. Poco a poco se hizo más y más grande, hasta ser una figura definida, con unas proporciones bastante diferentes a las del resto de animales, que poseía dos largas patas y dos finos brazos. 

Comenzó a andar desorientada, viendo como todos los animales le observaban, pues era la primera humana en la Tierra.

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